jueves, 5 de junio de 2008

Kylie, todo un espectáculo


La australiana aterrizó por primera vez en Madrid con uno de los mayores montajes de los últimos años. El show fue más importante que la música, sí, pero al fin y al cabo eso es lo que se espera de una diva como la Minogue, que no falló ante un público entregado.
Ella cambió siete veces de vestuario, siempre con trajes diseñados para la ocasión por Jean Paul Gaultier, y su cuerpo de baile también pasó varias veces por el guardarropa combinando trajes de marinero con uniformes de ninja, monos al más puro estilo Power Ranger, etc. Vamos, que no había ni un segundo para el aburrimiento, ya que además todos estos cambios estaban perfectamente integrados en el espectáculo. ¿Las canciones? Pues en este caso son casi lo de menos. Sonaron sus últimos grandes éxitos y se despidió por la puerta grande agradeciendo a su público, en un español chapurreado, la paciencia que ha tenido por esperar 20 años para verla en directo. Como regalo final: 'I should be so lucky', un clásico ochentero de cuando la australiana competía en las listas con gente como CC Catch o Rick Astley. Ahora juega en otra liga, si no por la música por el espectáculo.

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